Pasiones y paciencia

Para sacarle el máximo provecho a este devocional, lea los pasajes a los que se hacen referencia.

Cuando los niños quieren algo que no pueden tener, a menudo se enfocan en ello de manera incesante. Piden con persistencia más juguetes, actividades o dulces, e incluso hacen berrinches cuando se les niegan. Pero, para ser sinceros, hay veces en que nosotros nos comportamos así con Dios.

Durante los primeros días de la Iglesia, la palabra pasión se refería a estos deseos persistentes e incontrolados que nos alejan de Dios. Cuando el apóstol Pablo escribió a los Gálatas, quería que recordaran que pertenecer a Cristo significa que dichas pasiones han sido crucificadas con Él (Ga 2.20; Ga 5.24).

Hacemos frente a los deseos malsanos al dar pasos lentos y mesurados para alejarnos de ellos y acercarnos al Señor. Solo cuando renunciemos a nuestras pasiones, nos daremos cuenta de que nuestro contentamiento solo viene de Cristo. Pero recuerde que no llegará allí de inmediato. Lleva tiempo renunciar a las pasiones y buscar de manera diligente al Señor.

PIENSE EN ESTO

• A lo largo del día, observe las cosas a las que está apegado, y hágase esta pregunta: ¿Qué es lo que me llama la atención la mayor parte del tiempo? Escriba eso o convérselo con una persona de confianza.

Biblia en un año: Josué 7-9