El Hijo nos hace libres Juan 8.25-36
- ecosdelprogreso
- 1 sept 2020
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A todos nos encanta la idea de ser libres para tomar nuestras propias decisiones en cuanto a qué hacer y hacia dónde ir, pero Cristo ofrece una libertad mucho mayor que está. Es la libertad espiritual del poder de Satanás y de la condena del pecado.
El Señor Jesucristo dijo que la única forma de ser libre es conocer la verdad y convertirse en su discípulo al creer en Él y permanecer en su Palabra.
¿Está usted firme en la libertad de Cristo, o ha dejado que pensamientos, emociones, actitudes y hábitos pecaminosos le esclavicen de nuevo? Aunque a los creyentes se nos ha concedido la libertad del dominio del pecado, tenemos que luchar para vencer nuestros impulsos pecaminosos. Lo cual se logra al llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y al acabar con los deseos y las pasiones carnales.
La buena noticia es que no estamos solos en esta lucha. Cuando Cristo nos hizo libres, su Todopoderoso Espíritu Santo vino a morar en nosotros y darnos poder. También tenemos la preciosa Palabra de Dios para guiarnos y protegernos. Por la gracia de Él, tenemos todo lo que necesitamos para mantenernos fuera del control del pecado (Fil 4.19). Si usted aún no ha experimentado lo que es ser “verdaderamente libre” (Jn 8.36), confíe en el Señor Jesús, el libertador más grande.
Biblia en un año: Ezequiel 17-19
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