Dios actúa para nuestro bien

Estamos tan acostumbrados a un mundo acelerado que a veces también esperamos que nuestra vida espiritual sea así. Sin embargo, Dios “actúa en favor de quienes esperan en Él” (cf. Is 64.4). Veamos tres razones por las cuales los creyentes somos llamados a esperar:

DIOS PUEDE ESTAR PREPARÁNDONOS PARA RECIBIR SUS BENDICIONES. Quizás necesitemos nuevas destrezas, madurez o visión espiritual antes de estar listos para el plan de Dios. Por ejemplo, David esperó años para sentarse en el trono que le había sido prometido. Pero cuando lo hizo, era más fuerte y más sabio.

NUESTRO PADRE NOS ENSEÑA A CONFIAR EN ÉL. ¿Cómo aprenderíamos a tener fe si Él cumpliera de inmediato nuestras peticiones? En mi vida, el Señor ha dicho tres palabras: “Confía en mí”; y nunca ha llegado tarde para satisfacer mis necesidades. No importa cómo justifiquemos adelantarnos a Dios, hacerlo equivale a decir: “No confío en ti”.

EN OCASIONES, EL SEÑOR NOS NEGARÁ ALGUNA BENDICIÓN PARA PROTEGERNOS. Puede que nunca descubramos la razón, pero Dios decide con cuidado si darnos el objeto de nuestro deseo.

Esperar no es fácil, pero adelantarnos al Señor puede estorbar su plan y traer graves consecuencias. Sea paciente mientras el Padre celestial se ocupa de los detalles. Cuando oramos de acuerdo con su voluntad, Él siempre responde.

Biblia en un año: Zacarías 1-5