Dar testimonio de Cristo con la actitud correcta 1 Corintios 2.1-5

Compartir nuestra fe es una parte importante de la vida cristiana; es la forma en que otros llegan a conocer a Jesucristo. Pero ¿cómo debemos comunicar esta buena noticia? A menudo, cuando el Señor abre una puerta para una conversación espiritual, no estamos seguros de qué decir y nos preguntamos si nuestro mensaje será rechazado. Es más, si la otra persona es un miembro de la familia o un compañero de trabajo, podemos preocuparnos de que el hecho de ser sinceros sobre nuestras creencias creará tensión en la relación.

Cuando Pablo vino a la ciudad de Corinto, lo hizo “con debilidad, y mucho temor y temblor” (1 Co 2.3). Pero su preocupación era por la salvación de las personas, no por sí mismo. No trató de manipular a los corintios para que recibieran a Cristo como Salvador, ni trató de impresionarlos con su conocimiento y su sabiduría. Vino con humildad, confiando por completo en el poder del Espíritu Santo para salvar las almas perdidas.

Así es, ni más ni menos, como deberíamos dar testimonio: no utilizando nuestros conocimientos, sino confiando en que el Señor nos usará con nuestros temores y nuestra debilidad. Por tanto, dejemos de enfocarnos en cómo podríamos ser percibidos o si seremos rechazados. En vez de eso, recuerde que al compartir el evangelio, Dios salvará a los que se encuentran perdidos.

Biblia en un año: Cantares 1-4