UNA NOCHE DE PAZ CON SABOR A NOSTALGIA.
- JUAN CARLOS UNDA ROCHA
- 23 dic 2020
- 2 Min. de lectura
No es un violinista en el tejado, es la sensibilidad que toma vuelo en nuestros sentidos y percepción de la vida.
En las campiñas de Belén se presentía hace mas de dos siglos el nacimiento de un Mesías con toques de indiferencia por aquellos que no les dieron posada a José y Maria.
2020 años después en plena Zona Rosa de Manizales, sector de El Cable, se perciben aires sonoros a una NOCHE DE PAZ, con remolinos indeseables, e invisibles de pandemia, y con la misma indiferencia o quizá mas grande de aquellas personas que no les interesa las afujías de su prójimo, por efecto del COVID 19 o de otra clase de enfermedad, como puede ser la falta de afecto, solidaridad, o expresiones de cariño.
Esta oleada de emociones también tiene otras notas contagiantes de una NOCHE DE PAZ con sabor a nostalgia y amor sacro, interpretadas por el violinista Guillermo Gómez Serón en medio de la soledad de un sector, alegórico al transporte de los antepasados, que navidades atrás era punto de jolgorio, y que esta semana tuvo el reflejo de la Estrella de Belén, vista 800 años atrás en medio de una atracción entre Júpiter y Saturno.
Como el tiempo de Dios es perfecto en todas las épocas de la historia de la humanidad, el violinista y maestro manizaleño, por iniciativa de la Alcaldía de Manizales y el Invama llega con sus contagiantes notas a evocar que una NOCHE DE PAZ, se puede sentir, saborear, compartir, dedicar y entonar desde cualquier lugar del mundo, donde la indiferencia le de paso al amor por lo que vemos, por lo que escuchamos y por lo que sentimos; no importa que sea en una NOCHE DE PAZ distinta en tiempos de pandemia.
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